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de Cristina
para Amanda
para Amanda
24 ago 2022, 22:34
Amanda.
Holaa, qué emoción. Me tranquiliza mucho leerte. Me confunde el orden de las ideas en mi cabeza porque te quiero responder pero me voy por las ramas. Dices que es el fin de agosto, y me pongo a pensar que pronto es mi cumpleaños. Me malhumora un poco porque no entiendo cómo ni cuándo pasó el tiempo. Ayer le di fin a una relación bonita que tenía, y cuando me puse a revisar la línea del tiempo, habíamos pasado mucho más juntes del que pensaba. Desde que atropellaron a mi hermano en febrero, mi noción del tiempo pasó por una licuadora. No estoy segura mucho de cuándo estoy, creo que apenas la estoy empezando a recuperar. O no. Agosto acá se siente como un borde, bien dijiste que es como otro inicio. En cuanto al proyecto: opino que comenzó desde antes de conocernos. Que eres eterna y yo no sabía en su momento que las cosas que estaba viviendo te las escribiría en cartas, que nos sentaríamos una al lado de la otra a dibujar una línea del tiempo de nuestras vidas, que me incluirías en tu círculo precioso y me enseñarías a tomar té. Por cierto, llevo dos semanas sin tomar cafeína y no sé quién soy, espero que me sigas queriendo así. Extraño Las Paltas y me parece muy extraño no poder acceder a ellas, espero algún día poder encontrar el respaldo que hice antes de que desapareciera. Me encanta participar contigo en lo que sea: proyectos, comer delicioso, caminar, cantar. Me gustas mucho Mandini. Retomo mucho eso que dices de “mirar lo terrible y cultivar lo posible”, me recuerda a eso que dice tu madre de utilizar el abono de los momentos duros para las tierras fértiles del futuro. No sé si lo dice así o lo mezclé con otras cosas. Este proyecto me llega como anillo al dedo. Estoy triste, sí, pero quiero ver lo posible. Estoy lista también para enunciarme y nada me parece mejor que enunciarme contigo: enunciarnos. He estado pensando mucho en lo que te dije de las mujeres siendo objetos de deseo que no desean, de las “femcels”, de las “manic pixie dream girls”, las playlists de “female manipulators”. Me parecen unos trends muy interesantes y me nacen pensamientos que me gustaría ahondar contigo. Por lo pronto te paso el texto que te dije, está rodando mucho: standing on the shoulders of complex female characters, de rayne-fisher quann. Una parte de todo esto que me parece interesante es la toma del poder “divino femenino” a través de arquetipos tóxicos y enojados como el de Amy en Gone Girl. Pero algo que me disgusta es el nihilismo comodino en el que terminan algunas de las personas en este trend, cayendo de nuevo en el error/hoyo de los incels, basado en mensajes de odio y desesperaza. Tengo mucho que pensar ahí. Quedo pendiente de ver tu película, y te dejo con un poema que me ha tranquilizado en mi tristeza: “valía, [monólogo de una costra hospitalizada por salubre]” . Ya te lo mostré, pero tal vez alguien no lo haya visto todavía y lo encuentre en nuestra correspondencia. Es un poema triste, sí, pero es maravilloso. Encuentro algo reconfortante en el “abrazarnos de las caídas” y encontrarle el “placer a las cenizas”. En las palabras inútiles, en los verbos utilizados en plural, en la inexistencia del futuro, en convivir en la fatiga, en ser un disparate, en estar harto de la violencia, en la esperanza huidiza. Es como un tocar fondo en el que uno quiere soltar, quemar el presente. No sé. Poner palabras para describir el poema tal vez arruina al poema (aunque esta genialidad me parece inarruinable) como cuando explicas un chiste. ¿Entra esto en tu optimismo trágico aunque no sea optimista? Creo que hay algo optimista en reconocer la situación de uno. Ayer estaba llorando en el piso, escribiendo y borrando mensajes de inmediato en la cajita del wasap, rompiendo récord de ataques de pánico seguidos (12, lo cual es satisfactorio porque hay 12 meses y 12 huevos) y cuando escribí los hechos (estoy en el piso, llorando, no soy capaz de moverme a ir por agua, y me quiero cortar) me sentí mucho mejor. En lugar de evitarme. Lo borré de la cajita, y eventualmente me paré. Eventualmente tomé agua. Pude tranquilizarme. Retomé el poema para una tarea y la logré hacer. Hoy llegó la noche y de nuevo me mareé, hasta que me recordé que ayer pude. Pude, puedo. Como la frase de bukowski en la que dice que a veces te levantas en la mañana temiendo que no vas a poder con todo, y luego te ríes al recordar todas las veces que te has sentido así. Quiero decir las cosas como las siento, aunque sean terribles. Me gusta por sincero, por oscuro, por harto, ese poema. Hoy me levanté con los ojos hinchados, y afuera había una abeja volando entre las matas. Comí pay de limón. Saqué libros de la biblioteca. Tomé electrolit. Como dice tu hermana: LA VIDA ES MUY HERMOSA, INCLUSO AHORA.
Te tomas un cafecito en mi nombre porfa.
Cris.